En un mundo post-apocalíptico, un hombre despierta de un letargo en una ciudad desolada, donde la humanidad parece haber desaparecido. Adam (interpretado por Harry Belafonte) es un minero que, tras un desastre nuclear, se encuentra solo en un entorno que antes bulliciaba de vida. La soledad lo abruma, pero su suerte cambia cuando conoce a una mujer, Sarah (interpretada por Inger Stevens), quien también ha sobrevivido al caos. Sin embargo, la situación se complica cuando descubren que no son los únicos en este nuevo mundo: un tercer sobreviviente, un hombre llamado Benson (interpretado por Mel Ferrer), aparece inesperadamente.
A medida que los tres intentan reconstruir sus vidas y explorar su nueva realidad, surgen tensions entre ellos. Adam y Sarah sienten una conexión única, pero la presencia de Benson añade un componente de rivalidad, ya que este ve a Sarah como un premio a conquistar. Lo que comienza como una colaboración para sobrevivir se transforma en un dilema moral y emocional, explorando los límites de la humanidad, los deseos primordiales y el instinto de posesión en un mundo donde las reglas han cambiado.
Con un trasfondo de ciencia ficción, esta historia se convierte en una reflexión sobre la naturaleza humana, los miedos y deseos más profundos, mostrando cómo, en la lucha por la vida, surgen tanto la esperanza como el conflicto. La película plantea preguntas sobre la soledad, la convivencia y lo que realmente significa ser humano en un mundo desolado.