Ambientada en el devastador contexto de Hiroshima tras la explosión atómica de 1945, esta conmovedora película sigue la vida de un grupo de niños que, a pesar de la tragedia, mantienen viva la esperanza y la amistad. A través de los ojos de su protagonista, un niño llamado Shida, somos transportados a un mundo donde la inocencia lucha por sobrevivir en medio de la desolación.
Después de perder a su familia y su hogar en el bombardeo, Shida se une a un grupo de huérfanos que buscan consuelo y apoyo en su mutua compañía. A medida que los pequeños enfrentan dificultades inimaginables, como la falta de comida y el estigma social, su espíritu indomable brilla a través de la adversidad. Juntos, emprenden pequeñas aventuras mientras intentan reconstruir sus vidas, y en el camino, descubren la alegría en las cosas simples, como jugar en el parque y compartir historias.
Sin embargo, el dolor del pasado nunca se aleja del todo. Las cicatrices físicas y emocionales que dejaron los bombardeos persisten, llevando a la audiencia a reflexionar sobre las consecuencias de la guerra y la resiliencia del espíritu humano. A medida que se acerca el final, la película nos invita a contemplar la fragilidad de la vida y la importancia de la comunidad, dejando un mensaje poderoso sobre la paz y la esperanza para el futuro. Una historia que, aunque está teñida de tristeza, resuena con la promesa de un nuevo comienzo.