En una tranquila y paradisíaca casa en las afueras de Auschwitz, la vida de una familia alemana transcurre con la aparente normalidad de la rutina diaria. Mientras el padre, un oficial de las SS, se sumerge en su trabajo en el campo de concentración cercano, su esposa, una mujer comprometida con su rol como madre y ama de casa, vive entre jardines floridos y el bullicio de sus hijos. La cocina despliega aromas deliciosos y los días están marcados por risas y juegos. Sin embargo, en esta burbuja de felicidad, la cruel realidad del genocidio que se lleva a cabo tan cerca se convierte en una sombra ominosa.
A medida que la narración avanza, la película revela de manera inquietante la desconexión entre el horror de lo que sucede en Auschwitz y la vida cotidiana de esta familia, en la que el amor y la complicidad se entrelazan con la auxilio de un mundo lleno de horror. Las tensiones morales y los dilemas éticos se presentan sutilmente, creando un contraste perturbador. A través de una atmósfera cargada de incertidumbre, se explora cómo la banalidad del mal puede ser normalizada y aceptada, mientras las vidas de los inocentes se ven despojadas de su humanidad.
Con una estética sobria y un enfoque narrativo distintivo, la película invita a la reflexión sobre la complicidad, la negación y la insensibilidad en un tiempo de atrocidad, dejando al espectador enfrentado a su propia conciencia.