En un frío invierno francés, una joven vagabunda de nombre Mona vaga sin rumbo por el campo y las ciudades, atrapada en la espiral de la soledad y el desamparo. Sin un lugar donde refugiarse, se encuentra en una constante búsqueda de sentido y conexión en un mundo que parece desinteresado en su existencia. A través de una serie de encuentros efímeros con extraños —desde un agricultor compasivo hasta un grupo de jóvenes bohemios— ella revela la fragilidad de las relaciones humanas y la lucha por la supervivencia en la marginalidad.