En un contexto de la posguerra, un joven estadounidense llamado Billy, interpretado por el carismático actor de la época, se encuentra en una situación complicada tras recibir una inesperada herencia de un noble británico, con quien apenas tiene vínculos. Cuando llega a Inglaterra para reclamar su fortuna, descubre que su nueva vida no es tan glamorosa como pensaba. La familia nobiliaria que le da la bienvenida no está tan emocionada con su llegada, y pronto se dan cuenta de que Billy no tiene ni idea de cómo comportarse en la alta sociedad.