La pequeña tragedia de Henri, un francés avecindado en Inglaterra que siente que lo ha perdido todo luego de ser despedido de su trabajo, Kaurismäki extiende la reflexión entorno a la enajenación y la soledad más allá de Finlandia. Es su primera película filmada fuera de su país y a partir de esa vocación multicultural el director prolonga la dimensión ritual y taciturna de sus personajes a la totalidad de la Europa posterior a la caída del socialismo.