En el oscuro y neblinoso Londres de 1888, un inspector de policía se ve envuelto en uno de los casos más escalofriantes de la historia: los brutales asesinatos de Whitechapel. La trama sigue los pasos del detective Frederick Abberline, un hombre atormentado por visiones y la adicción al opio, quien se convierte en un pionero en el intento de desentrañar la identidad de un asesino en serie que aterroriza a la ciudad.