La historia comienza en un mundo lleno de tensiones políticas y terroristas en el que un famoso asesino a sueldo es puesto en libertad de una prisión estadounidense para llevar a cabo una misión muy peligrosa. El objetivo: un líder de la mafia que amenaza con desatar un caos a nivel global. En este contexto, las autoridades están desesperadas por detenerlo, así que el agente del FBI, interpretado por Bruce Willis, se asocia con un ex terrrorista irlandés, encarnado por Richard Gere, quien tiene información valiosa sobre este letal killer.