Un grupo de jóvenes de un correccional son enviados a un hotel para trabajar en su restauración durante el fin de semana. Lo que no sospechan es que allí vive un asesino en serie que hará de su estancia un infierno.
Unos jóvenes recluidos en un centro de detención para menores, bajo el liderazgo de su consejero, intentan ganar autoestima jugando al fútbol americano.
El detective John Hobbes está convencido de que tras la ejecución del asesino en serie Edgar Reese se han acabado los problemas. Pero cuando la gente que conoce comienza a cantar la misma canción que Reese cantó durante su ejecución, Hobbes se da cuenta que quizá tras los crímenes se encuentre el ángel caído Azazel, que fue condenado a vagar informe por la Tierra y toma los cuerpos de otras personas.