El descarado James T. Kirk intenta estar a la altura del legado de su padre con el Sr. Spock manteniéndolo a raya mientras un romulano vengativo del futuro crea agujeros negros para destruir la Federación, planeta por planeta.
Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar denodadamente para conseguirlo. Pero lo que más desea y necesita es que alguien crea en ella.
Jonathan Cross es el mejor jugador de Rollerball, el deporte más vertiginoso de todos los tiempos. Él y sus compañeros Marcus Ridley y Aurora ganan mucho dinero y llevan una vida llena de lujos. Los amantes de este deporte lo que buscan es emoción y acción al límite. Pero Jonathan se da cuenta de que los espectadores aumentan atraídos morbosamente por los frecuentes accidentes que se producen en la pista. Los jugadores se convertirán entonces en peleles de un juego donde no existen las reglas.