Un grupo de amigos decide escaparse por un fin de semana a una isla paradisíaca para desconectar de la rutina y disfrutar de la vida al máximo. Todo va de maravilla hasta que se cruzan con un bar en la playa que ofrece una experiencia única: una droga misteriosa que promete llevarlos a un estado de euforia inigualable. Intrigados y seducidos por la idea de experimentar una noche de pura diversión, se lanzan a probar la sustancia, sin saber que desencadenará una serie de eventos inesperados y aterradores.

En esta frenética secuela, seguimos la intensa vida de Chev Chelios, quien tras haberse recuperado de un ataque cardíaco en la primera película, se enfrenta a un nuevo desafío. Esta vez, su corazón ha sido sustituido por una batería artificial que requiere una carga constante de electricidad para seguir latiendo. Si no mantiene su energía alta, se enfrentará a la muerte inminente.

En un futuro distópico donde el avance tecnológico ha llevado a los videojuegos a un nuevo nivel, un millonario llamado Ken Castle ha creado una experiencia de juego en la que los humanos son controlados como personajes en un videojuego masivo. En este inquietante mundo, los jugadores se convierten en marionetas de los "controladores", quienes adquirieren habilidades y notoriedad a través de sus avatares en una lucha mortal por la supervivencia y la gloria.

Chev Chelios, un asesino a sueldo de Los Ángeles, se despierta una mañana sintiéndose raro. Pronto descubre que ha sido víctima de una traición mortal: alguien le ha inyectado un veneno que debilita su corazón, dejándolo con un tiempo limitado para vivir. Con su cuerpo empezando a fallar, Chev debe encontrar un antídoto antes de que sea demasiado tarde. Pero no es tan sencillo como suena.