Un ranchero de Arizona (Spencer Tracy) dirige sus propiedades y educa a sus hijos de forma tiránica. Cuando está a punto de morir, su hijo mayor se rebela contra él y se adueña del rancho.
Matt Calder (Robert Mitchum) llega a un campamento minero para hacerse cargo de su hijo de nueve años, Mark, y agradecer a Kay (Marilyn Monroe), la cantante del saloon, que le haya cuidado. Padre e hijo se dirigen a la granja que ha comprado junto a un caudaloso río pero su tranquilidad es interrumpida por la llegada de Kay, acompañada de Weston, un jugador profesional que huye con los caballos dejándoles indefensos ante el ataque de los indios. Su única salida es huir en la balsa que, a duras penas, resiste el envite de las aguas bravas.
Un hombre en busca de venganza se infiltra en un rancho, oculto en una región inhóspita, donde su dueña, Altar Keane, da cobijo a los forajidos que huyen de la ley a cambio de un precio.
Durante la creación de los Estados Unidos de América, una franja de tierra olvidada entre los Territorios Indios y los Estados de Colorado, Kansas, Nuevo México y Texas se convierte en el refugio y hogar de gran parte de los forajidos más famosos y despiadados del Salvaje Oeste.