En la década de 1880, la figura del famoso forajido Jesse James se erige como un mito en el Viejo Oeste estadounidense. La historia se centra en Robert Ford, un joven que, tras haber admirado a Jesse desde su niñez, se convierte en su socio. Sin embargo, el ideal que Ford tenía de su ídolo se desmorona al conocer la cruda realidad del criminal: un hombre lleno de inseguridades y temores, que vive a la sombra de su propia leyenda. A medida que Ford se adentra en la vida delictiva junto a Jesse, las tensiones aumentan y surge una sensación de traición en el aire.
En un giro inesperado y lleno de dilemas morales, Robert descubre que la única forma de salir del oscuro mundo del crimen es traicionar a quien considera su amigo y mentor. Sin embargo, la decisión de encarcelar a Jesse pesa sobre su conciencia, ya que Ford lucha entre la lealtad y la ambición. Con la presión de la comunidad y su propia sed de reconocimiento, Ford toma una decisión fatal que cambiará su vida para siempre.
La película explora temas de fama, traición y la búsqueda de identidad en un contexto de violencia y redención. Las complejidades del personaje de Ford, interpretado con maestría, nos lleva a cuestionar si realmente se puede convertir a un héroe en villano; y a medida que se revelan las consecuencias de sus acciones, el espectador se sumerge en los dilemas éticos que rodean el acto de asesinar a un ícono.