Siendo Napoleón emperador de Francia, a un estafador de poca monta lo confunden con el temible Inspector General, un enviado oficial de Bonaparte para controlar y acabar con la corrupción generalizada en los vastos territorios del imperio.
George Bailey (James Stewart) es un honrado y modesto ciudadano que dirige y mantiene a flote un pequeño banco familiar, a pesar de los intentos de un poderoso banquero por arruinarlo. El día de Nochebuena de 1945, abrumado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero, que supondría no solo la quiebra de su banco, sino también un gran escándalo, decide suicidarse, pero cuando está a punto de hacerlo ocurre algo extraordinario.