En la mañana del 7 de diciembre de 1941, los cielos de Hawái se tornan oscuros no por nubes, sino por aviones japoneses que se dirigen a atacar la base naval de Pearl Harbor. La historia se narra desde dos perspectivas: la de los estrategas japoneses, que planifican meticulosamente la ofensiva para debilitar a los Estados Unidos, y la de los líderes estadounidenses, que, sumidos en la complacencia y la subestimación, no alcanzan a vislumbrar la magnitud del peligro que se cierne sobre ellos.