En 1941, Hawái, un soldado es cruelmente castigado por no boxear en el equipo de su unidad, mientras que la esposa de su capitán y el segundo al mando se están enamorando.
Willie Stark (Broderick Crawford), un hombre honrado y valiente, sufre una transformación el día que decide entrar en política y descubre que todo es juego sucio. Tras ser elegido gobernador, olvidando sus principios, lo primero que hace es apoderarse de la prensa y la radio. Convertido en un ser corrupto hará cuanto esté en su mano para permanecer en el poder.
Stiles (Richard Widmark) es un jefe mafioso en alza que lucha por imponerse en el submundo criminal. Los archivos del FBI rebosan de historias sangrientas, pero hay un caso concreto que tiene desconcertado al inspector Briggs (Lloyd Nolan). Se trata de dos asesinatos: un ama de casa y el guardia de seguridad de un banco, abatidos ambos por el mismo arma, pero sin que exista ninguna otra conexión entre ellos. Decidido a llegar hasta el fondo del asunto, Briggs encarga a su mejor agente secreto que se infiltre en la cúpula de la tristemente famosa banda de Stiles...