En un tranquilo barrio de la Ciudad de México de los años 70, un hombre, profundamente obsesionado con la idea de proteger a su familia de las corrupciones del mundo exterior, se convierte en el dictador de su propio hogar. Este padre, celoso y controlador, decide aislar a su esposa e hijos de toda influencia externa, manteniéndolos prácticamente prisioneros en su casa. Alimenta su paranoia con discursos sobre la pureza y la moralidad, mientras justifica sus actos extremos como actos de amor.