En plena Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros de guerra británicos es capturado por el ejército japonés y llevado a un campamento de trabajo en la selva tailandesa. A pesar de las condiciones inhumanas y el severo trato al que están sometidos, el coronel Nicholson, decidido a no quebrarse, se convierte en el líder de los prisioneros. En un intento de mantener la moral alta y demostrar la superioridad del espíritu británico, decide aceptar el reto impuesto por sus captores: construir un puente sobre un río estratégico que facilite el paso del ferrocarril japonés.