James Bond, en su dorado retiro, se deja convencer por una delegación de las grandes potencias para participar en una investigación sobre la SMERSH, una misteriosa organización internacional que pretende acabar con la estabilidad mundial.
El comandante Reisman es un oficial estadounidense que se ha distinguido por su valor en la campaña de Italia, durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ello, su mayor virtud no es la disciplina; de ahí que las relaciones con sus superiores sean más bien tensas. Sin embargo, debido a su brillante historial militar, no dudan en encargarle una misión suicida: asaltar una fortaleza nazi y matar a sus ocupantes, todos ellos altos mandos del régimen. Para ello tendrá que someter a un durísimo adiestramiento a doce presidiarios.
El agente británico 007 se deberá ver las caras con Auric Goldfinger, un malvado magnate que hace contrabando a escala internacional y que está fascinado por el oro. En el transcurso de la investigación, James oirá por primera vez hablar sobre la operación "Grand Slam", que parece ser un plan para desestabilizar toda la economía mundial.
Convencido de que los comunistas están contaminando los Estados Unidos, un general ordena, en un acceso de locura, un ataque aéreo nuclear sorpresa contra la Unión Soviética. Su ayudante, el capitán Mandrake, trata de encontrar la fórmula para impedir el bombardeo. Por su parte, el Presidente de los EE.UU. se pone en contacto con Moscú para convencer al gobierno soviético de que el ataque no es más que un estúpido error.