El sargento de policía Neil Howie es llamado a un pueblo de la isla en busca de una niña desaparecida que, según los lugareños, nunca existió. Sin embargo, aún más extraños son los rituales que tienen lugar allí.
Cuando Winston Churchill era niño, sus padres estaban tan volcados en sus respectivas actividades que no le prestaron apenas atención alguna. Siguiendo los deseos de su padre, un prestigioso político conservador (tory), se alistó en el ejército y participó en la guerra anglo-bóer (1899-1902), donde estuvo a punto de morir. Terminada la contienda, se dedicó a la política hasta el fin de sus días.