Tras sufrir una brutal agresión su mujer y su hija, Paul Kersey, un ciudadano normal de Nueva York, decide vengarse acosando a todos los delincuentes de la ciudad que actúan por la noche.
Arthur Bishop (Bronson), un asesino a sueldo, ha trabajado siempre en solitario, pero con los años ha perdido facultades, por lo que decide buscar un colaborador (Jan-Michael Vincent), a quien enseña todo lo que sabe y que resulta ser un hombre eficiente pero despiadado. Forman un equipo perfecto, pero la crueldad de su ayudante acaba provocando un inevitable enfrentamiento entre los dos.
Pasando por la ciudad de Bannock, un grupo de ganaderos borrachos va por la borda con su celebración y por casualidad mata a un anciano con un tiro vago. Vuelven a casa hasta el sábado inconsciente de su muerte. El oficial de policía de Bannock Jered Maddox más tarde llega allá para detener a cada uno implicado bajo acusación del asesinato. El sábado es dirigido por el barón de la tierra Vince Bronson, un déspota benévolo, que, para oír de la muerte, ofrece la restitución para el incidente.