En la Inglaterra del siglo XVI, el ambicioso rey Henry VIII se enfrenta a sus deseos personales y las complejidades de un reino en transformación. La historia se centra en su búsqueda desesperada de un heredero que asegure la continuidad de la dinastía Tudor. Desde el primer amor de su vida, Catalina de Arágon, con quien se casa en un intento de asegurar una alianza poderosa, hasta su ardiente romance con Ana Bolena, Henry se muestra como un monarca carismático pero voluble, dispuesto a desafiar las normas religiosas y patriarcales de su tiempo.