En el corazón del viejo oeste, un hombre poco convencional se convierte en el juez de un pequeño y polvoriento pueblo. Roy Bean, un personaje a la vez carismático y excéntrico, se presenta como una figura de la ley, pero su visión del orden es todo menos tradicional. Con la autoridad que le otorga su propio sentido de justicia, Bean se enfrenta a forajidos, traidores y a las propias locuras de su tiempo. Cada decisión tomada es, en parte, un acto de responsabilidad y, en otra, un reflejo de su singular personalidad, donde la ley y la diversión parecen bailar una extraña vals.