El éxito como cantante de Esther Hoffman es paralelo al proceso de autodestrucción de su marido John Norman, una estrella del rock en decadencia y adicto a las drogas.
Paul Williams escribió la partitura de este clásico del cine musical de terror, en el cual participa interpretando el papel del malvado magnate de la música perseguido por un compositor desfigurado al que mete en prisión para robarle sus composiciones. Una vez en libertad, el fantasma se enamora de la nueva estrella de la canción promocionada por el magnate, comenzando así su particular venganza.