En un invierno particularmente caluroso y sin nieve, Santa Claus se siente un poco desanimado. Agotado por la rutina del trabajo y decepcionado por la falta de espíritu navideño, decide que este año no va a repartir regalos. En su lugar, planea tomarse unas vacaciones, lo que provoca un gran revuelo en el Taller del Polo Norte.