En la opulenta Roma del siglo I, la historia gira en torno a dos figuras históricas fascinantes: el emperador Calígula, un hombre cuya obsesión por el poder y el placer lo lleva a cometer atrocidades sin remordimientos, y Mesalina, su esposa, conocida por su indomable deseo y su crudeza. La trama comienza con Calígula tomando el trono, desatando una era de excesos y decadencia que transformará para siempre el imperio. Su reinado se destaca por el lujo desmedido, pero también por la paranoia y las purgas que desatan el terror en las élites romanas.