En la opulenta Roma del siglo I, la historia gira en torno a dos figuras históricas fascinantes: el emperador Calígula, un hombre cuya obsesión por el poder y el placer lo lleva a cometer atrocidades sin remordimientos, y Mesalina, su esposa, conocida por su indomable deseo y su crudeza. La trama comienza con Calígula tomando el trono, desatando una era de excesos y decadencia que transformará para siempre el imperio. Su reinado se destaca por el lujo desmedido, pero también por la paranoia y las purgas que desatan el terror en las élites romanas.
Por otro lado, Mesalina se siente atrapada en el opulento pero restrictivo palacio. Mientras su esposo se sumerge en locuras, ella busca satisfacción y poder a través de sus propias aventuras extramaritales, desafiando las convenciones de su tiempo. Aunque su encanto y astucia le permiten moverse por los pasillos del poder, su ambición es implacable, y pronto sus acciones tendrán consecuencias devastadoras.
A medida que se intensifica la rivalidad entre los personajes, los excesos de Calígula se encuentran con la calculada agresividad de Mesalina, forjando una relación que se convierte en un juego mortal de manipulación. La historia se desliza entre amores prohibidos y traiciones, hasta que la codicia y los celos desatan una cadena de eventos que culminan en una traición explosiva que pone en peligro el futuro de Roma. A través de la brutalidad y el desenfreno, se revelan las sombras del poder y la fragilidad humana.