En una Berlín fría y gris, un hombre llamado Bruno vive una vida de desilusión y desesperanza. Tras salir de un centro psiquiátrico, intenta reintegrarse en la sociedad, pero la vida en la ciudad parece ser un laberinto de obstáculos. Bruno, interpretado con una mezcla de fragilidad y determinación, se enfrenta a las duras realidades de la vida en la Alemania de los años 70: el trabajo escasea y la conexión humana es casi nula.