En una tranquila y pintoresca suburbia de Australia, la familia Kerrigan vive en un modesto hogar, que para ellos es un verdadero castillo. Con un espíritu indomable y una relación muy unida, los Kerrigan disfrutan de la vida sencilla, aunque enfrentan un gran desafío: un desarrollo inmobiliario que amenaza con desplazar su hogar. La historia se centra en Darryl, el patriarca de la familia, un hombre de trabajo y con un corazón enorme que está decidido a no dejar que las autoridades se salgan con la suya.