En el París de la década de 1980, una joven llamada Suzanne, interpretada por la cautivadora Sandrine Bonnaire, navega por las tumultuosas aguas del amor y la familia. A medida que entra en la adolescencia, Suzanne se encuentra atrapada entre el deseo de descubrir su propia identidad y las complejidades de una vida familiar disfuncional. Su madre, una mujer con un fuerte carácter y días llenos de melancolía, intenta controlar la vida de sus hijos, pero su afecto a menudo se siente más como una carga.