En esta loca secuela, nos reencontramos con Billy y Kate, quienes han dejado atrás los eventos desastrosos de su infancia, disfrutando de una vida más o menos normal en la bulliciosa ciudad de Nueva York. Billy trabaja en una moderna torre de oficinas que es todo un espectáculo de tecnología, mientras que Kate se ha adaptado a su nuevo entorno. Pero, como suele pasar, la tranquilidad no dura mucho.

Un chico llamado Brian vive una vida bastante normal hasta que una noche curiosa le revela un mundo oculto bajo su cama. Después de que su hermano pequeño desaparece misteriosamente, Brian descubre que hay criaturas de aspecto extraño y travieso que viven en un universo paralelo, gobernado por un monstruo travieso llamado Maurice. Este ser no solo es carismático, sino que también tiene un plan para ayudar a Brian a enfrentarse a sus miedos y a combatir al verdadero enemigo: un monstruo aterrador que amenaza a ambos mundos.

En un pequeño pueblo durante la temporada navideña, un joven llamado Billy Peltzer recibe un regalo inesperado de su padre: una extraña criatura llamada Gizmo, un adorable y peludo mogwai. Sin embargo, este regalo viene con una serie de estrictas reglas que deben seguirse al pie de la letra: no exponerlo a la luz brillante, no mojarlo y, lo más importante, no alimentarlo después de la medianoche. Sin prestar atención a las advertencias, Billy comete un error tras otro y, poco a poco, su dulce mascota se convierte en un caos desenfrenado.