En la París de 1960, un grupo de personajes se entrelaza en una exploración íntima de sus vidas y emociones. La trama se desarrolla a través de un experimento cinematográfico que combina el documental con la ficción, donde un equipo de filmación invita a los transeúntes a reflexionar sobre la felicidad, la soledad y el sentido de la vida. Con cada conversación íntima, los brillantes y a menudo crudos testimonios revelan los anhelos y preocupaciones cotidianas de la época.
Entre los participantes, se encuentra un sociólogo que busca entender la realidad social a través de los ojos de los demás, y una joven madre que lucha por encontrar un equilibrio entre su identidad y las expectativas familiares. A medida que los personajes se presentan y comparten sus pensamientos, las diferencias entre la vida pública y la vida privada se difuminan, creando un lienzo cremoso donde lo auténtico y lo performático se entrelazan.
Con una atmósfera que mezcla la melancolía y la esperanza, la narrativa se convierte en un espejo de la sociedad contemporánea, tocando temas universales que resuenan hoy tanto como en aquel entonces. Los momentos de vulnerabilidad son capturados de forma visceral, lo que convierte la pantalla en un espacio de reflexión sobre las conexiones humanas y las realidades de la vida moderna. Así, la película se transforma en un viaje emocional que invita a la audiencia a cuestionarse sobre su propia existencia y el significado detrás de sus decisiones diarias.