En un pueblo francés del siglo XVII, la vida transcurre en un ambiente de fervor religioso y represión. Allí, una posesión demoníaca arrasa con la tranquilidad y la moralidad de la comunidad, desencadenando una serie de eventos aterradores. La historia gira en torno a una monja, quien, tras ser acusada de brujería, se convierte en el objetivo de la inquisición y el odio de los pobladores. La atmósfera se vuelve aún más densa cuando un sacerdote con tendencias libidinosas se obsesiona con ella, tratando de purificar el alma de la monja a toda costa.
Mientras el pueblo sucumbe a la histeria colectiva y a los juicios de brujas, los límites entre la fe, la locura y el deseo se desdibujan. Las tensiones se disparan cuando un grupo de fervientes seguidores de la iglesia, impulsados por el miedo y la ignorancia, se enfrentan a la monja y a sus propios demonios internos. A medida que la trama avanza, la violencia y la opresión se apoderan de la comunidad, mostrando cómo el fanatismo puede llevar a la deshumanización y a la crueldad desenfrenada.
Esta perturbadora historia, con su gusto por lo extravagante y lo grotesco, no solo desafía la moral de la época, sino que también invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza del poder, el control y la lucha entre lo sagrado y lo profano.