En una remota isla en la Nueva Inglaterra de principios del siglo XX, dos fareros, Thomas y Ephraim, son enviados a cuidar un antiguo faro. La atmósfera es tensa desde el principio; el clima es severo y la soledad abruma. Mientras la tormenta castiga el lugar, la relación entre ambos hombres se torna cada vez más enrarecida. Ephraim, un joven con un oscuro pasado, se siente fascinado y al mismo tiempo intimidado por la figura autoritaria de Thomas, quien está convencido de que solo él debe tener acceso a la luz del faro.
A medida que los días pasan, la locura comienza a apoderarse de ellos. Ephraim tiene visiones inquietantes y una creciente obsesión con la rebosante luz que parece guardar secretos indescriptibles. Las tensiones alcanzan su punto máximo entre los hombres, que se ven envueltos en un baile macabro entre la autoridad y la rebeldía, impacientes por escapar de su confinamiento mental y físico.
Las interacciones se convierten en un juego de poder, en donde la masculinidad, la soledad y la locura se entrelazan en una narrativa inquietante. La película se sumerge en una exploración aterradora de la psique humana, mostrando la lucha por la supervivencia en una realidad cada vez más surrealista. Con un enfoque visual asombroso en blanco y negro, la proyección atrapa al espectador en una atmósfera cargada de tensión y misterio, donde la linealidad del tiempo y la lógica se desmoronan, dejando a ambos personajes atrapados en su propia tormenta personal.