En un lujoso mundo lleno de privilegios, un magnate empresario, imperturbable y a menudo despiadado, decide que lo que realmente necesita es un poco de diversión. Para ello, se enfrenta a la paranoia de su hijo, un joven consentido cuya vida ha sido moldeada por el exceso y la soledad. En un giro inesperado, el padre, en un arrebato de capricho, compra a un hombre desempleado para que actúe como "juguete" de su hijo, un hombre que queda atrapado en un juego que no pidió jugar.
Este hombre, un periodista que ha pasado por diversas dificultades, se convierte en el blanco de la atención del niño, quien, al principio, solo busca una forma de entretenimiento y distracción. Mientras van pasando los días, la relación entre ellos se transforma en una conexión más profunda, donde el periodista, inicialmente obligado a cumplir un rol ridículo para complacer al niño, comienza a repensar su propio valor y la esencia de la verdadera felicidad.
A través de un humor irónico que contrasta con momentos de reflexión, la película explora temas como la soledad, el poder y la necesidad de conexión humana. Entre situaciones absurdas y grandes lecciones de vida, los personajes comienzan a descubrir que lo que creían necesitar no es más que una fachada y que, a veces, el verdadero desafío radica en la búsqueda de la autenticidad en un mundo donde todo parece estar en venta. La historia se desarrolla hacia un desenlace inesperado que invita a la reflexión sobre el significado de la vida y el valor de las elecciones.