En una sociedad marcada por la rigidez de la ley y la pena capital, encontramos a un joven y apocado verdugo que se ha visto arrastrado a esta profesión no por elección, sino por las circunstancias de la vida. Cuando se enamora de una mujer decidida y con un espíritu audaz, comienza a cuestionarse su papel en un mundo donde la muerte parece ser la única salida. Su vida da un giro inesperado cuando se ve obligado a realizar una ejecución que lo enfrenta con sus propios demonios internos, llevándolo a una travesía emocional que desafía su moral y su sentido de identidad.
La película nos presenta un enfoque satírico sobre la justicia y la pena de muerte en una España gris y opresiva. A medida que la historia avanza, el verdugo, interpretado magistralmente, se convierte en un reflejo de la lucha entre el deber y la conciencia, mientras se enfrenta a la hipocresía de un sistema que se dice defensor de la ley. Su relación con la mujer que ama lo lleva a una metamorfosis emocional: empieza a anhelar una vida normal y alejada de la violencia.
Con un tono de humor negro y una crítica social aguda, la trama se despliega entre situaciones absurdas y reflexiones profundas, proporcionando una mirada única a un tema tan delicado como la justicia y la redención. Al final, el verdugo se convierte en una figura trágica, atrapada en un ciclo del que parece imposible escapar, ofreciendo al espectador un final abierto que invita a la reflexión.