En un mundo en ruinas, tras años de batallas y batallas emocionales, Shinji Ikari se enfrenta a sus miedos más profundos mientras busca su lugar en un universo desolado. La humanidad ha llegado a un punto de inflexión tras el Tercer Impacto, y los supervivientes deben lidiar con las secuelas de decisiones tomadas en el pasado. Shinji, atrapado entre el dolor y el deseo de conexión, comienza a cuestionar su propósito y la naturaleza de las relaciones que ha forjado a lo largo de su travesía.
Con personajes que han crecido y cambiado —Rei, Asuka y Misato enfrentan sus propios demonios, mientras luchan por construir un nuevo futuro— los lazos entre ellos se convierten en el hilo conductor de una trama que desafía la realidad. A medida que la historia avanza, se desvela un nuevo y aterrador enemigo que no solo pone a prueba sus habilidades de pilotaje, sino también sus deseos más íntimos y sus cicatrices emocionales.
El estilo visual es deslumbrante y surrealista, con momentos de acción electrizantes intercalados con introspecciones profundas que hacen reflexionar al espectador sobre la conexión humana, la soledad y el sacrificio. En un clímax que redefine lo que significa ser humano, los protagonistas deben decidir hasta dónde están dispuestos a llegar para proteger lo que queda de su mundo, y si están listos para aceptar su propia humanidad, con todas sus imperfecciones y conflictos internos. La conclusión es tanto un final como un nuevo comienzo, dejando al público asombrado y reflexionando mucho después de que los créditos hayan terminado.