En una tranquila noche de Halloween en 1963, un niño llamado Michael Myers asesina brutalmente a su hermana mayor en su hogar en Haddonfield, Illinois. Después de pasar quince años en un hospital psiquiátrico, Michael escapa en la víspera de Halloween, regresando a su pueblo natal. Mientras su doctora, la Dra. Loomis, intenta advertir a las autoridades sobre el peligro que representa, Michael se mueve en las sombras, acechando a sus próximas víctimas.
Esa noche, Laurie Strode, una adolescente que intenta pasar una noche normal de Halloween, junto a sus amigos, se convierte en el blanco de la terrorífica obsesión de Michael. Ella es un poco diferente; en lugar de sucumbir a las travesuras típicas de los adolescentes, se centra en sus estudios y cuida de su hermano pequeño. Esto la lleva a ser la única capaz de enfrentarse a la influencia malvada que se avecina.
A medida que caen las hojas y se encienden las calabazas, Michael comienza a cazar a sus amigos uno por uno, dejando un rastro de horror a su paso. Loomis, desesperado por detenerlo, se enfrenta a la realidad de que el mal tiene un rostro y está dirigido hacia Laurie. La noche transcurre en un juego mortal de gato y ratón en el que Laurie debe usar su ingenio para sobrevivir a un psicópata enmascarado que no se detendrá ante nada para cumplir su misión. La tensión y el terror se apoderan de Haddonfield, donde el verdadero horror se viste de miedo.