En la Barcelona de los años 90, nos encontramos con una historia que mezcla la comedia con el drama y un toque de surrealismo. Un niño de diez años, atrapado en su mundo de fantasías e ilusiones, se siente completamente desconectado de la realidad que lo rodea. Vive en un vecindario lleno de personajes peculiares, pero su mayor obsesión es la fascinante y misteriosa figura de una mujer que se convierte en su musa: una exuberante artista de cabaret que cautiva a todos con su magnetismo.
A medida que el pequeño intenta entender el mundo adulto, nos lleva a través de su propia travesía de descubrimiento mientras explora los matices de la sexualidad y el deseo. La mujer, interpretada de manera hipnótica, tiene una relación algo turbia con el protagonista, que se debate entre la inocencia de la infancia y las complejidades del deseo sexual. La historia no solo refleja la curiosidad del niño, sino que también teje una crítica aguda sobre las expectativas sociales y los roles de género en una sociedad en tránsito.
A lo largo de la narrativa, el contraste entre la pureza infantil y el glamour de la vida nocturna barcelonesa crea un vínculo insólito. La película mezcla risas y lágrimas, mientras los personajes enfrentan sus propias luchas y anhelos, dejando al público reflexionando sobre los límites del amor y la naturaleza del deseo. Es una exploración provocadora de la juventud, la fantasía y los secretos que suelen esconderse bajo la superficie de la vida cotidiana.