En un pequeño y encantador pueblo francés, conocemos a François, un hombre aparentemente feliz que lleva una vida idílica junto a su esposa Thérèse y su pequeño hijo. La rutina del día a día transcurre entre el trabajo y los momentos en familia, todo envuelto en un halo de felicidad simple. Sin embargo, François anhela algo más, un deseo que lo lleva a explorar nuevos caminos.
Un día, conoce a Émilie, una joven mujer que irrumpirá en su tranquila existencia. La atracción es instantánea y, aunque su vida familiar sigue siendo la prioridad, la relación con Émilie resulta cada vez más difícil de resistir. A medida que avanza la historia, François se ve atrapado en un torbellino de emociones, enfrentándose a un dilema moral que lo pone en conflicto con su concepto de lo que realmente significa ser feliz.
La narrativa es una reflexión poética sobre el deseo, la búsqueda de la felicidad y las complejidades del amor. A través de visuales vibrantes y una dirección sutil, la película invita al espectador a cuestionar la naturaleza efímera de la felicidad y el impacto de nuestras elecciones, revelando un lado menos glamuroso de la vida que muchas veces se esconde tras las apariencias.
En este juego entre lo que se desea y lo que se tiene, se despliegan momentos de luz y sombra, llevándonos a entender que el verdadero equilibrio entre el deber y el deseo puede resultar un camino más complicado de lo que parece.