En la idílica y glamorosa Costa Azul de Francia, el estricto y algo torpe gendarme Cruchot es trasladado a la tranquila localidad de Saint-Tropez. Su misión: mantener el orden en este paraíso donde el sol brilla y las fiestas no tienen fin. Sin embargo, Cruchot no está preparado para el estilo de vida relajado de los veraneantes, ni para las travesuras de los turistas que llenan las playas con diversión y descontrol.
Pronto se encuentra en medio de un torbellino de situaciones cómicas al intentar imponer la ley en un mundo que parece no tomarse nada en serio. Con su inquebrantable sentido del deber, Cruchot se enfrenta a una serie de malentendidos hilarantes, como confundir a una estrella de cine con una delincuente por su ropa reveladora. Mientras lidia con una pandilla de criminales que planean estropear las vacaciones de todos, las cosas se complican aún más cuando se enamora de una encantadora mujer que también es capaz de hacer alarde de su independencia.
Con un elenco de personajes excéntricos y escenas cómicas que incluyen persecuciones ridículas y tropiezos absurdos, el gendarme se ve obligado a balancear su compromiso con la ley y su deseo de disfrutar del sol y la diversión. La película es una sátira encantadora sobre el choque entre el deber y el placer, donde la risa se convierte en el mejor remedio para el caos. Finalizando el verano, Cruchot descubrirá que mantener la paz en un lugar tan vibrante no es tarea fácil, pero posiblemente sí la más divertida.