En un barrio de Nueva York, Natalie, una joven en plena búsqueda de su identidad, se encuentra atrapada entre la vida de su familia y sus propias aspiraciones. Ella es una chica soñadora que anhela liberarse de las expectativas de su madre y de la sociedad. Su vida diaria está marcada por la monotonía: enfrenta la presión de su entorno, las preocupaciones de sus amigos y, sobre todo, el deseo de encontrar su lugar en el mundo.
Mientras lucha con su inseguridad y el deseo de conectar emocionalmente con los demás, Natalie empieza a experimentar la complejidad del amor y el desamor. Su relación con un joven llamado David se convierte en un refugio, pero también en una fuente de frustración, ya que él parece atrapado en sus propias inseguridades. A medida que se desarrolla su historia, Natalie se pregunta si alguna vez podrá ser la persona que siempre ha querido ser.
A lo largo de su viaje, también se da cuenta de que no está sola en sus luchas, y que todos a su alrededor lidian con sus propias batallas. La película nos lleva a un viaje emocional donde los momentos de alegría se entrelazan con la tristeza, reflejando la fragilidad de la juventud y el deseo de pertenencia. Al final, Natalie debe elegir entre conformarse con la vida que se espera de ella o arriesgarse a seguir su propio camino, un camino que podría liberarla o llevarla a la incertidumbre.