En el vibrante París de finales del siglo XIX, una joven y deslumbrante mujer llamada Nana se convierte en el epítome del deseo y la decadencia. Criada en un ambiente de pobreza, la encantadora Nana se convierte rápidamente en una estrella del teatro, cautivando a todos a su paso con su belleza hipnótica y su personalidad audaz. Sin embargo, esta fama no viene sin sus propias complicaciones. A medida que su carrera avanza, Nana se enreda en un mundo de lujos y excesos que ponen a prueba su moralidad y su salud emocional.
Fundamentalmente, la historia se centra en las relaciones tumultuosas que desarrolla con un diverso elenco de personajes: desde nobles y artistas hasta políticos y empresarios, todos embriagados por su carisma. Nana utiliza su atractivo para manipular a aquellos que la rodean, dejándolos a menudo desilusionados y devueltos a la soledad, mientras ella busca su propia identidad en un mundo que solo la ve como una pieza de entretenimiento.
Sin embargo, la vida de excesos que lleva pronto empieza a pasarle factura. A medida que la sociedad la idolatra, también la condena, y su ascenso meteórico se convierte en una espiral descendente.
Con pinceladas de drama y crítica social, la película ilustra la lucha entre el poder del deseo y la inevitable soledad que puede acompañar a una vida de indulgencia, haciendo de Nana un personaje tridimensional que desafía las expectativas de su tiempo. En un mundo donde las apariencias lo son todo, su desenlace se convierte en un reflejo desgarrador de las costumbres de una época.