En una pequeña localidad de Bélgica, un equipo de cineastas se adentra en la vida de un carismático asesino, quien parece sacado de una película. Con un enfoque casi documental, la historia sigue sus pasos mientras revela su fascinante rutina, la que combina su vida cotidiana con el crimen. El protagonista, un tipo encantador y digno de confianza, no solo comparte sus técnicas de asesinato, sino que también muestra una habilidad poco común para relacionarse con sus víctimas de una forma casi entrañable.
A medida que avanza la trama, el estilo de grabación se siente más cercano a un reality show, lo que aporta un aire de autenticidad y una dosis de humor negro. El personaje principal, rodeado de su peculiar grupo de cómplices, lleva a la audiencia a un viaje donde la línea entre la risa y el horror se desdibuja. Su despreocupada filosofía de vida y su insólito sentido del humor hacen que el espectador reflexione sobre la moralidad y la naturaleza del mal.
Las situaciones absurdas y los giros inesperados mantienen el interés, mezclando la brutalidad del crimen con una reflexión sobre la sociedad y las conexiones humanas. Al final, esta sátira ofrece no solo un vistazo inquietante al absurdo de la vida, sino también un estudio sobre la fascinación que el crimen y la violencia ejercen en la cultura contemporánea. En resumen, una experiencia cinematográfica que, aunque perturbadora, resulta irresistible y cómicamente entretenida.