En un mundo donde la televisión se ha convertido en el pulso de la sociedad, un veterano presentador de noticias de una cadena de televisión está a punto de ser despedido tras la cancelación de su programa. Con la vida personal en ruinas y enfrentando el final de su carrera, decide dar un último grito al mundo: se vuelve loco en aire y anuncia su intención de suicidarse en vivo. Sorprendentemente, su desesperada declaración capta la atención del público y se convierte en un fenómeno mediático.
La cadena, ansiosa por el aumento de ratings, decide aprovechar el caos y la locura del presentador, contratándolo nuevamente y elevando su figura a niveles de culto. Mientras tanto, una ambiciosa productora se une a la mezcla, ideando un programa que explota las emociones humanas más crudas y los miedos colectivos. En este entorno frenético, los límites éticos se desdibujan y todos son capaces de convertirse en auténticos títeres de su propia necesidad de atención.
A medida que la trama se desarrolla, el periodista se transforma en una especie de profeta moderno, desafiando al sistema y convirtiendo su locura en un comentario social agudo. Pero a medida que su éxito se incrementa, también lo hacen su aislamiento y su vulnerabilidad. En este juego peligroso entre la verdad y el espectáculo, la línea entre entretenimiento y explotación se hace más borrosa que nunca. La historia es un poderoso reflejo de los peligros de la televisión como medio, lo que nos lleva a cuestionar hasta dónde llegaríamos por un poco de rating.