En esta alocada secuela de la comedia familiar de los años 80, Wayne Szalinski, un inventor algo torpe, está de vuelta con su familia, tratando de llevar una vida más normal después de sus locuras previas. Sin embargo, cuando su hijo, Adam, de apenas dos años, se convierte en el nuevo “proyecto” de su padre, la situación se sale de control. Mientras Wayne concentra sus esfuerzos en su nueva invención, accidentalmente activa su viejo dispositivo que vuelve miniaturas a gigantes, y esta vez, lo que empieza como un pequeño malentendido termina con Adam creciendo de tamaño, ¡más de lo que cualquier madre pudiera imaginar!
El caos se desata cuando Adam, ahora un gigante de 20 pies, decide explorar su entorno. Los problemas se multiplican cuando el pequeño gigante tiene que lidiar con su propio tamaño y los peligros del mundo que lo rodea. Mientras tanto, la policía y el ejército se involucran, empeorando aún más la situación. Wayne y su esposa, Diane, corren contra el tiempo para revertir el efecto antes de que su hijo cause un desastre irreparable en la ciudad.
Con momentos hilarantes y ternura familiar, la película captura la esencia del caos familiar y las lecciones que vienen con el crecimiento. Entre los desastres y la diversión, la familia Szalinski logra unir lazos, recordándonos que, incluso en los momentos más “gigantes”, el amor familiar siempre encuentra la manera de triunfar.