En una Inglaterra de clase alta marcada por la hipocresía y el poder, un noble excéntrico vuelve a asumir su lugar en la aristocracia tras la muerte de su padre. Sin embargo, el nuevo conde, Jack, es un personaje peculiar: se cree que es el propio Cristo encarnado. Su llegada al mundo de la alta sociedad sacude las convenciones y pone de cabeza los valores de una familia obsesionada con las apariencias. A medida que Jack empieza a cuestionar el sistema que lo rodea, sus ideas liberales y su locura se convierten en una lucha abierta con su familia y otros miembros de la nobleza, quienes ven en él una amenaza a su estatus y a su forma de vida.
Sus extravagancias y plateadas filosofías deliciosamente absurdas generan tanto risa como terror. Mientras intenta encontrar su camino entre la locura y la razón, Jack también se enfrenta a un consejo familiar que tramará planes para “deshacerse” de él y reclamar la herencia del título. La película es un viaje surrealista por un mundo de locura aristocrática, donde cada personaje es un reflejo de la irracionalidad del poder. A medida que el conflicto entre la tradición y el cambio se intensifica, Jack se convierte en un símbolo radical en su lucha por la verdad. Con un humor negro inconfundible y una crítica mordaz a la clase dominante, esta historia es una sátira sobre la locura inherente al poder y los absurdos de la sociedad británica.