En una Inglaterra de clase alta marcada por la hipocresía y el poder, un noble excéntrico vuelve a asumir su lugar en la aristocracia tras la muerte de su padre. Sin embargo, el nuevo conde, Jack, es un personaje peculiar: se cree que es el propio Cristo encarnado. Su llegada al mundo de la alta sociedad sacude las convenciones y pone de cabeza los valores de una familia obsesionada con las apariencias.