En un entorno árido y desolado, un asceta llamado Simón se ha retirado a la cima de una columna alta en el desierto, donde lleva una vida de espiritualidad extrema y aislamiento. Sin embargo, su paz es constantemente perturbada por la llegada de visitantes curiosos, tanto fieles devotos como escépticos curiosos. A lo largo de su revolución vertical, Simón se enfrenta a una serie de tentaciones y pruebas que lo desafían a cuestionar su fe y su propósito.
Desde intrusos que le traen comida y compañía, hasta demonios personificados que intentan seducirlo con promesas de placeres terrenales, cada encuentro revela la lucha interna del protagonista entre lo divino y lo mundano. La libertad de su soledad se convierte en un constante tira y afloja con sus deseos y su deseo de redención. A medida que las tentaciones se intensifican, Simón no solo lucha con su propio carácter, sino que también se convierte en un espejo de las inquietudes de la sociedad que lo rodea.
La película, con un toque surrealista, es una mezcla de humor oscuro y crítica social que pone de relieve la absurdidad de la búsqueda de la pureza en un mundo lleno de distracciones. La dirección de Buñuel imprime un estilo único y provocador, llevando al espectador en un viaje a través de la complejidad de la fe, la soledad y el anhelo humano, todo en un contexto que refleja tanto la lucha personal como el conflicto colectivo de la época.