En una bulliciosa ciudad de Nueva York, un arruinado y algo arrogante propietario de un edificio de apartamentos decide que es hora de hacer un cambio en su vida. Con una mezcla de ambición y desdén hacia sus inquilinos, se enfrenta a la realidad de lo que significa ser un casero. Su primera tarea es lidiar con una serie de excéntricos inquilinos que no solo han convertido su hogar en un verdadero circo, sino que también tienen historias que contar que lo llevarán al borde de la locura.
Mientras intenta sacar dinero del deteriorado edificio, se ve envuelto en situaciones cómicas y absurdas, donde los personajes son tan variados como sus problemas. Desde un viejo artista deprimido hasta una madre soltera luchando por criar a sus hijos, cada inquilino aporta su propia locura a la mezcla. A medida que avanza la historia, nuestro protagonista se da cuenta de que la vida no se trata solo de ganar dinero; hay lecciones de amistad, comprensión y comunidad que aprender en cada rincón del edificio.
Este viaje lo lleva a replantearse su carácter y sus prioridades, mientras se va encariñando con las pintorescas personas que una vez consideró una carga. Lo que comienza como una misión egoísta se transforma en una búsqueda de conexión humana y redención, en una comedia que nos recuerda que, a veces, el verdadero hogar está en las relaciones que cultivamos.